Por: Aarón Coré
En el año 2000 se publicó la dramaturgia La loca del maniquí, del autor Xavier Araiza. Al año siguiente, se estrenó en la Sala Experimental del Teatro de la Ciudad ubicada en Monterrey, Nuevo León México y fue interpretada por la actriz Alma Morales. La obra ha recorrido importantes espacios universitarios y culturales de Nuevo León.
Al paso del tiempo, directores de teatro de países como Chile, EUA y Australia la han llevado a escena. Actualmente, la obra está por estrenarse en España y Argentina. Además, la dramaturgia se ha traducido al inglés gracias a Cristina Elenes y actualmente una actriz-bailarina venezolana que radica en París llevará a escena el monólogo traducido al francés. ¿Por qué se ha mantenido vigente esta obra al paso del tiempo? ¿Qué se encuentra en la obra La loca del maniquí que necesita urgentemente ser traducida a más idiomas?
El monólogo nos sitúa ante una mujer que va a interactuar en el espacio con diversos elementos, uno de ellos es un maniquí que, a través de esa relación, el lector y espectador será conducido al infierno que existe en una mente que ha sido construida por otros y no por sí misma. Y como producto de esa construcción, se ha suscitado la mutilación externa e interna del personaje. Pero, es un doble discurso al cual el lector y espectador están invitados a vivir de cerca y está basado en una de las realidades que han permanecido a través de los siglos.
Y se trata de la impune y gran injusticia hacia la condición de ser mujer. Esto será importante para el lector que se enfrentará a las siguientes preguntas: ¿Qué es lo que siente esa mujer aparentemente loca? ¿Qué es lo que siente la mujer que se construye en nuestra sociedad? Es decir, se habla acerca de una condición que se ha sometido, domesticado y tratado como a una Femenina bestia de matadero o mujer para el matadero.
Xavier Araiza da forma a un personaje que utiliza la palabra como un recurso de escape, de denuncia y como parte de un ¡Basta! que será lanzado al lector o espectador. Por lo tanto, se le da voz a las que han sido violentadas, quemadas vivas, desaparecidas o convertidas en un objeto para uso egoísta de una mentalidad o sistema machista que cínicamente afirma que no existe tal realidad.
Es por medio de la palabra como podemos ser testigos de ese descender a los infiernos del inconsciente por parte del personaje. Y será necesario el desdoblamiento de La loca del maniquí, quien ha ocultado lo que siente a través de una máscara y del silencio. Pero ¿quién es capaz de mutilar a otro ser humano y de qué manera?
El autor ha realizado una radiografía a la mujer y a su entorno. Observa de cerca las acciones y pensamientos del personaje que se mantiene en el límite, entre la vida y la muerte, incluso todo el tiempo está cuestionando la existencia o el valor de la vida. Porque si algo hay que realizar como parte del análisis psicoanalítico y social es el de reconocer lo que sucede en los entornos familiares, religiosos, políticos y culturales de la Loca del maniquí. Y como es algo oculto, es a través de la palabra donde se puede reconocer la construcción que se le ha impuesto a la mujer y no al hombre o niño que nace en una familia.
Dicho sistema ha permanecido durante siglos y ha dejado claro que se trata de injusticia y falta de humanidad. Porque en ese sistema patriarcal, el hombre es el único que importa por estar hecho a imagen y semejanza de un dios divino. No existe en ese sistema el espacio que permita a una mujer ejercer su condición de ser humano en el mundo. Es la sociedad, la que atrapa, la que acorrala, la que minimiza y condena a la mujer que cada vez más se queda sola en el mundo.
El autor es incisivo al cuestionar a la sociedad de su tiempo del año 2000 y a la del 2020 Y he aquí uno de sus argumentos: ¿Por qué no ha existido o existe una rebelión si se está mutilando externa e internamente a una mujer que es de la misma condición humana que el hombre? Ante ese panorama, ¿Cómo no comprender a la Loca del maniquí que se ha visto obligada a construir una máscara? y ¿Cómo no comprender la condición de ser mujer en un mundo construido por un solo sexo?
Esa es la sensibilidad de la cual está hecho el autor Xavier Araiza, quien ha experimentado con el distanciamiento teatral al dirigir su propia obra e incluso colocado estéticamente a Xavier Caro, un hombre-actor para que exprese parte de lo que psíquicamente guarda una mujer. Xavier Araiza ha sido testigo de la violencia e injusticia que sucede en su tierra del Noreste de México y no se ha cruzado de brazos. Una violencia que habita en el mundo que lo rodea y que sólo ha demostrado falta de empatía ante una condición humana que no ha tenido escapatoria ante la mutilación de su propio ser por parte de quienes deberían cuidarla.
El lector y espectador están invitados a considerar la gran metáfora del teatro…no podemos existir, si no existe el otro. No se puede existir con un ser mutilado y debemos estar completos para poder existir. ¡Larga vida en los escenarios para la Loca del maniquí!
Podrás disfrutar esta obra de teatro en el Teatro Dramatico en Barrio Antiguo los martes 7, 14 y 21 de junio a las 8 PM. Así como verla en la pantalla grande los domingos 12, 19 y 26 de junio a las 3 PM.