Poema incluido en el poemario

Carne para las flores. Antología personal, Claudia Luna Fuentes, publicada en Aullido Libros España, 2010

A Eglantina Canales

hay un rumor a revuelta natural en los pastos

la vegetación y sus semillas asechan 

raíces se abren camino contra los jardineros que aíslan y podan el naranjo  

que no entienden el dolor cítrico de su   

        especie  (los hongos le crecen como 

        escuadrones flexibles y molestos)

alguien ha roto el diálogo vegetal

pero    

secretamente

en los patios abandonados

el polen apuntala una reunión de luces entre las hierbas salvajes 

comunidades  se prestan su saliva verde esas manos que son sus hojas

allí crecen al amparo de sí mismas y se espantan la pesadilla última:

¿los huesos de la Tierra emergían sacudiéndose?      

no entiendes 

que los bulbos conversan

y largas cartas envían las flores en sus perfumes

sin metáforas: a la clorofila le duelen los cortes que limitan su linaje 

hay cabelleras terrestres marchitas que desprotegen los cráneos del mundo 

cuidado

hay pensamientos enfurecidos en las piedras

..

y cocodrilos creciendo en mi cabeza

nada de grullas

sí leonas y serpientes 

mefíticas raíces

tengo este desfile de sabana 

áfrica en mi sangre

yo le canto a los insectos negros

a la belleza devaluada del vuelo en las polillas

a los malqueridos labios murciélagos 

movimientos en la perilla anuncian la visita de un profeta mineral

tiene ojos de azahar y palillos de dientes con los que se limpia la ternura

el mundo es el huracán que viene de regreso

los cuerpos vencidos ahogados y en sus manos aún las llaves bien sujetas

el profeta abrió 

aquello afuera está descontrolado

insectos vuelan a su derredor

y a su espalda las flores desenfundan sus espinas  

señor profeta

en esta esquina del mundo 

no hay nada para usted 

aquí tenemos un cielo liberado

prescindimos del juicio natural

cenamos junto a leones y estrellas

en medio de una paz que usted no conoce

….

me gustan esos parques viejos con jardineros viejos

que protegen cada brote sea simple o de caudalosa estirpe botánica

esos hombres que hablan con las plantas

que sepultan las intenciones arquitectónicas del paisajista y sólo retiran las flores pulverizadas de los matorrales

como sacudiendo la mancha de la boca de un niño que acaba de comer

como quitando la brizna de una mirada

es que ahora se necesita tanta ternura y tanto empeño

¿ya viste los mandalas que guardan las flores?

……

no quiero postales con un cielo artificioso

dame el cielo 

no me heredes zoológicos   no entiendo   la diferencia entre muerto y disecado

entre rifle y permiso cinegético

permite esos cortes de las espinas cuando entro a territorios solares

la coexistencia de natura y civilización 

esa lucha con la fuerza salvaje que enfrento 

esas anchas cortezas por las qué trepar

 luego imágenes necesarias en las noches y sus fábulas

 con las que me disfrazo    a las que temo 

confiéreme lo que se está desdibujando

lo que se está yendo

y una tarde para mirar cómo avanza la araña en su intención

cómo huelen  los gusanos ocultos en la tierra

dame recuerdos

…….

para acabar

que no se caiga el poema      piden

tenga estructura y sentido

yo pido:    

tenga sentido   no se abisme el mundo

haya tanto y suficiente:

fragancias   musgos 

vértebras radiantes o líquidos caparazones

el reino de bacterias antiguas precisas como balas

los eucariontes  y también la barca que resuena en este nombre

los hongos y las hadas

negrura

luz

y rembrandt

tanto y suficiente

tanto y suficiente